Los ojos se me llenaron de lágrimas. El dolor del duelo es como un invitado borracho, cuando parece que se ha marchado, vuelve a darte un último abrazo. - Stephen King
Mi propósito es claro: le vendería el alma al diablo, a cualquier diablo, para que me devuelva la serenidad de aquel abrazo. - Eduardo Sánchez Rugeles